
Title | : | El pais de mi padre (Spanish Edition) |
Author | : | |
Rating | : | |
ISBN | : | 9584237136 |
ISBN-10 | : | 9789584237132 |
Language | : | Spanish; Castilian |
Format Type | : | Kindle Edition |
Number of Pages | : | 166 |
Publication | : | First published November 1, 2013 |
"Así, aquella generación que en 1949 no había cumplido aún veinte años, había visto ya el humo y la sangre de una revuelta y todos los horrores de una violencia que le costó al país trescientos mil muertos…".
El pais de mi padre (Spanish Edition) Reviews
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Y me vi conmovida, sorpresivamente, el pasado 27 de mayo. No es que mi sensibilidad sea insensata o que alguna vez haya arrullado piedras, pero pocas veces me enternece la derrota de un político, y menos si se trata de uno al que no le he creído. Vi con tristeza al liberal Humberto de La Calle enfrentando solo los resultados, quizás el abandono no me conmovió tanto como su gallardía y dignidad, quizás andaba yo nostálgica por los tiempos pasados de Colombia que no viví pero que si me contaron y que leí en los libros. El 27 de mayo iba por la mitad de este biográfico de Plinio Apuleyo Mendoza.
Yo muy rola, vengo de familia de provincia de Santander, por parte de mamá, y familia cachaca por parte de mi papá. Me dijeron ambos (un poco medio en broma, un poco medio en serio) que son hinchas del Independiente Santa Fe porque Santa Fe es rojo, rojo liberal, y que todos son liberales, o mejor dicho que todos somos liberales; bueno, eso me enseñaron de niña. Yo ya con tantas avanzadas presenciadas no soy hincha de ningún equipo local, soy hincha de la selección Colombia, tampoco soy liberal ni conservadora, pero tengo claro que seguimos viviendo en el bipartidismo. Probablemente ya no es novedad que estén en declive los partidos políticos tradicionales de Colombia, pero cosa que se agradece es que nos cuestionemos la polarización actual del país, que ya no es roja ni goda, pero que no por ello no deja de estar anclada a las mismas raíces del pasado. Y eso es lo que hace Plinio Apuleyo Mendoza con “El país de mi padre”. Él hace de nuestra historia un solo tejido con nuestro presente, remontándonos a años anteriores al bogotazo y contando el pedazo de historia que vivió su familia a través de su padre Plinio Mendoza Neira, dirigente liberal de la época y compañero de campaña de Gaitán. Puede que no sea un descubrimiento mostrar cómo el 9 de abril partió la historia de Colombia en dos y cómo seguimos viviendo la muerte de Gaitán, pero lo que cuenta Plinio Apuleyo en estas páginas sobre el bogotazo para mí fue información inédita. Fascinante me parecieron las páginas dedicadas al bogotazo y de la cancelada insurrección liberal del 49 (yo no tenía ni idea de esos planes).
Este es un libro biográfico, hay una historia personal y familiar, pero Plinio Apuleyo Mendoza antepone la historia del país a la propia. Pero no solo Gaitán, Lleras Restrepo o Eduardo Santos (ancestros de Vargas Lleras y de Juan Manuel Santos, ni calcado!) aparecen aquí, también se cruzan otros personajes como Fidel Castro (conocemos más sobre la celebre foto de su presencia durante el Bogotazo), un cameo de Gustavo Rojas Pinilla, el origen de Juan de La Cruz Varela, el origen de las guerrillas del llano. Y además de los personajes notables, también está la cotidianidad de Bogotá, sus calles, las casas, la educación rola, la migración a Bogotá, me lleno de nostalgia y llego a entender cómo es que muchas personas se identificaron con Jorge Eliecer Gaitán. Esta es una historia que aunque violenta y llena de sangre, no deja de ser fascinante; hay personajes con caracteres míticos y no es la fantasía del autor lo que los crea, hubo personajes así (mi mamá también me hablaba de personajes con ese talante en Santander) como los Pardo, gente sin miedo, de honor, de palabra y de una sola pieza; para ser más sincera, ridículamente sincera, los Pardo me recordaron a los Peaky Blinders.
El autor también habla de otras cosas quizás no tan importantes pero no por ello triviales sobre la cultura colombiana, y ha tocado un asunto que siempre me ha inquietado, y es esa necesidad nuestra de decirle al mundo que aquí somos buenas personas, somos trabajadores, que nuestra cultura es amable, que somos talentosos, que nuestro país es hermoso, que nuestro café, que nuestras mujeres etc…yo tengo la firme creencia que eso es verdad, pero que hemos querido difundirlo a todo el mundo porque queremos decir que aquí no somos asesinos, delincuentes, prostitutas o narcotraficantes, fama que tuvimos con la aparición de Pablo Escobar y los carteles de la droga en los noventa. Al respecto de esa necesidad muy colombiana, Plinio Apuleyo escribe:
“En un país retorico, grandilocuente que a cada paso quiere dar ejemplos al mundo sin darse cuenta de que el mundo ni siquiera lo conoce…”
Y pues lo que veo aquí, es que esa alegría y necesidad de proclamar lo buenos que somos no es a raíz de los carteles de la droga, sino que se remonta desde “siempre” desde que Bogotá era considerada la Atenas suramericana.
Plinio Apuleyo Mendoza tiene apuntes divertidos, pero a veces yo no sabía si decía cosas en serio o en broma. Eso es más chistoso aún!.
Leí este País de Mi Padre, mi primer libro de Plinio Apuleyo Mendoza por recomendación de un amigo quien sabía que andaba yo embelesada leyendo historia reciente de Colombia. Estoy muy agradecida por la recomendación de mi amigo y por la generosidad del autor. Para mí este libro es uno de los imprescindibles de historia de Colombia, porque además de la fluidez y dinamismo de la escritura, cuenta hechos que no van a quedar en los libros de historia patria y que tienen relación directa con la realidad que vivimos hoy. Y pues la lectura del libro también me ablandó la nostalgia, vi en Humberto de La Calle el pasado 27 de mayo la caída de un partido que dio tantas luchas, en que tanta gente puso su esperanza y su dio su vida, vi como ya los lideres cayeron y subieron los caudillos, vi como el poder había corrompido y ridiculizado todo, vi las obras de los manzanillos y la conveniencia, vi la soledad de un caballero, pocas veces se ve eso en la cara de un hombre. Y quiero seguir leyendo sobre la historia reciente de mi país, porque creo que todos debemos contar el pedazo de historia que nos tocó, debemos contarnos y escucharnos, debemos leernos, debemos dejar de ver la verdad del otro como una historia inventada, como un embuste, y reconocer que todas las historias son parte de la misma historia, y reconocer que si todas tuvieron lugar, este no puede ser un país excluyente, que no podemos matarnos cuando tenemos diferencias, mejor dicho, no podemos segurinos matando por nada. Somos colombianos, somos cómplices del mismo país.
Por lo demás decir que me gustó mucho el formato del libro. La portada ya lo dice todo y te ambienta en el lugar y el tiempo. Una portada roja para desdoblar, con una ilustración (muy característica en diseño a los años 40) de un niño y su padre caminando de traje y sombrero por el centro de Bogotá; de por sí que cuando coges el libro piensas que fue publicado por lo menos en los cincuenta y no, es apenas del 2013. Me encantó y celebro ese recurso de editorial Planeta. -
Hay libros que a primera vista atrae, y déjenme explicarles ese sentimiento que puede o no ser compartido por muchos lectores, en un primer apartado tenemos la parte editorial donde se desarrolla la ejecución del lanzamiento de la obra, y es que si bien se habían visto algunos posts de Grupo Planeta sobre este libro, al ser su segunda edición, llama la atención el rompimiento en el cambio de formato de este tipo de género más si tenemos en cuenta que su autor es un octogenario, cuyas obras tienen un público objetivo bastante consolidado. ( Lee la crítica completa en
https://plumagulunga1.blogspot.com/) -
La mejor parte la historia del bogotazo.
Un libro sencillo pero con buenos pasajes de una prosa ilustrada. -
Este libro nos presenta una Colombia de finales de los años cuarentas y se centra especialmente en Bogotá. Nos muestra las revueltas políticas de ese momento y como esos sucesos todavía afectan a nuestro país. Es un libro interesante para descubrir más sobre la época de la violencia, la cual se desata a toda cavalidad con la muerte del Caudillo del pueblo Jorge Eliecer Gaitan.
Por otro lado, nos muestra la vida de Apuleyo Neira y todo lo que tuvo que sobrellevar en la atmósfera política y familiar.
Es una historia con la cual se puede conocer un poco más sobre ese periodo de la historia colombiana y abrir los ojos ante un hecho histórico que marco profundamente la política y la vida de los colombianos.